Si dentro de tus propósitos está retomar el ejercicio, caminar más o ser el mejor en el deporte que practicas ¡Es hora de comenzar a cumplirlo!
Cuídate sin descuidarte
Sentirte vivo y con energía para realizar tus actividades diarias y gozar de un buen funcionamiento de tu organismo son solamente dos de los muchos beneficios que te brinda el ejercicio físico.
Practícalo saludablemente:
- ¡De menos a más es mejor! Ten paciencia, no pretendas hacerlo todo de una vez. Aumenta poco a poco la duración y la intensidad del ejercicio a medida que te fortaleces. Por ejemplo, puedes comenzar con sesiones de 20 a 30 minutos e irlas aumentando de a 10 minutos cada vez.
- Utiliza la ropa y el equipo de protección adecuado según la actividad que vayas a realizar, esto incluye zapatos deportivos con buen amortiguamiento. Para las actividades al aire libre, recuerda la gorra y el protector solar.
- Cuida tu alimentación y mantente hidratado. No comiences con el estómago vacío, consume alimentos que te den toda la energía que necesitas como arroz, pan o cereal, una fruta o un jugo natural.
- Dedica al menos 5 minutos antes de comenzar cualquier actividad física a realizar ejercicios de calentamiento y estiramiento, al igual que 5 minutos de relajación al final. Pasar de un estado a otro repentinamente no es bueno para tu cuerpo y aumenta las posibilidades de que te lastimes.
- ¡No te excedas! Es mejor tener una rutina moderada por mayor tiempo que ejercitar intensamente por pocos minutos. Ponte tu propia meta según tu capacidad y rendimiento.
- Escucha las señales de tu cuerpo. Si te mareas o sientes dolor en alguna parte del cuerpo, ¡Detente! Sustituye este ejercicio por otro y si la dolencia persiste consulta un especialista.
- Mantente en movimiento. En tu día a día también puedes aprovechar momentos claves para ejercitar el cuerpo. Por ejemplo, utilizar más las escaleras, bajarte del bus una cuadra antes de tu destino y realizar pausas activas en tus labores.
Lo importante es que mantengas la rutina de ejercicios que elegiste y hagas de ella una actividad para disfrutar, digamos juntos: ¡Cuídate que yo te cuidaré!